«Más agudo, más rápido y mejor» de Charles Duhigg

Más agudo, más rápido y mejor (2016) combina historias personales e investigaciones empresariales para demostrar que ser productivo no consiste sólo en gestionar tu lista de tareas pendientes, sino en tomar las decisiones adecuadas y mantener la actitud correcta. Este resumen ofrece consejos sobre cómo mantener la motivación, seguir por el buen camino y trabajar en equipo con eficacia para maximizar tu creatividad, productividad y éxito.

Mantente fiel a tus objetivos y conviértete en una persona más productiva.

Todos conocemos a personas que se ciñen a un horario, pase lo que pase. A pesar de una enfermedad o lesión, se aseguran de cumplir sus objetivos o plazos. Por supuesto, la mayoría de nosotros no somos así. Puede que tengamos ideas maravillosas pero nunca encontremos tiempo para realizarlas. O si perseguimos un objetivo concreto, nos desviamos fácilmente, una y otra vez. La buena noticia es que puedes aprender a ceñirte a un plan, aunque el mundo te siga lanzando distracciones. Este resumen te proporcionará métodos útiles y sencillos para mantenerte en el buen camino y hacer realidad tus objetivos más elevados, de forma más inteligente, más rápida y mejor. ¿Deseas mejorar tu productividad? Entonces, ¡comencemos!

Mantén la motivación permitiéndote tomar decisiones y recordándote los objetivos a largo plazo.

¿Alguna vez te ha entusiasmado empezar un nuevo proyecto, sólo para que ese entusiasmo se desvanezca con el tiempo? Es un problema frecuente. Veamos algunos consejos para mantener el ánimo mientras sigues por el buen camino. Puedes mantener la motivación tomando decisiones que te beneficien a ti, a tu equipo o a tu proyecto. Investigadores de la Universidad de Columbia descubrieron que las personas se sienten más motivadas cuando tienen un mayor control sobre una situación. Básicamente, ¡la gente se motiva cuando puede elegir! Un sentido de control y responsabilidad también te puede ayudar a recuperarte de posibles contratiempos durante el proceso. De hecho, el neuropsicólogo Mauricio Delgado, de Columbia, descubrió que uno de los «centros de motivación» del cerebro se enciende siempre que una persona tiene la oportunidad de elegir, incluso algo tan sencillo como seleccionar una tecla de color en un videojuego. Así que haz que este fenómeno te beneficie. Si estás atascado con una tarea, date la oportunidad de tomar una decisión. Incluso las elecciones mundanas pueden ayudarte a reanimarte. Si tienes que leer 40 correos electrónicos, por ejemplo, elige cuatro y mira el resto más tarde. Sin embargo, tomar decisiones no siempre es suficiente para darte un impulso. También tienes que tener presente cómo contribuyen tus elecciones al proyecto y a tus objetivos generales. Recordar el objetivo general es otro elemento importante para mantener la motivación. Aunque una tarea no te parezca gratificante por sí misma, te sentirás bien cuando sepas que forma parte de algo más importante. Supongamos que quieres desarrollar un dron. Empiezas a leer un artículo sobre la construcción de drones, pero es terriblemente árido, y tu atención empieza a decaer. Prefieres parar y hacer cualquier otra cosa para no quedarte dormido. ¿Qué haces en esta situación? ¿Cómo vuelves a centrarte en tu objetivo? Considera este sencillo truco. En la parte superior de la redacción, escribe en negrita: «Leer esto me ayudará a hacer el dron». En resumen, recuérdate a ti mismo lo que quieres. Cuando hagas esto, la redacción que te acercará un paso más a tu objetivo ya no te parecerá tan aburrida.

Establece un objetivo ambicioso y luego divídelo en partes más pequeñas y fáciles de alcanzar.

Ahora que hemos repasado el poder de la elección, repasemos algunos consejos para dar vida a tus ideas. Empieza con objetivos de gran alcance, o con tus mayores ambiciones. ¡No tengas miedo de soñar! Los estudios han demostrado que las personas son más creativas cuando alcanzan metas más altas y más grandes. Un estudio de 1997 reveló que después de que Motorola incorporara objetivos ambiciosos en su formación de directivos, los ingenieros pudieron desarrollar nuevos productos en una décima parte del tiempo que tardaban antes. Esta misma filosofía puede aplicarse a los objetivos personales, como cuando una persona con sobrepeso quiere perder mucho peso. Aunque no se consiga el objetivo final de perder 30 kilos, apuntar alto puede empujar a una persona a conseguir resultados impresionantes. Los objetivos ambiciosos son, por definición, objetivos que están fuera de nuestro alcance, así que a veces pueden parecer abrumadores. Si tu objetivo te parece demasiado, ahí es donde un objetivo EsMART puede resultar útil. Los objetivos EsMART dividen tu objetivo extensible en partes más manejables. Son Específicos, Mensurables, Alcanzables, Realistas y Temporalmente acotados. Digamos que tu objetivo es correr una maratón. En primer lugar, querrás dividir este objetivo en pasos más pequeños y específicos, como «ser capaz de correr 10 km sin parar». A continuación, averigua cómo te vas a medir: «Correré seis vueltas en mi pista local». Después, pregúntate si tu objetivo es alcanzable. Si combinas correr con visitas quincenales al gimnasio, puede que lo sea. Recuerda también que debes ser realista. Puedes decirte a ti mismo: «Esto será duro y llevará tiempo, ¡pero puedo hacerlo!». Por último, averigua la forma más eficaz de programar y acotar el tiempo que necesitarás para alcanzar tu objetivo. Tal vez empieces a correr tres kilómetros la primera semana y después te propongas añadir un kilómetro y medio cada semana. Otra cosa buena de los objetivos EsMART es que recibes un impulso extra de motivación cada vez que completas una etapa. Cuanto más avances, más ganas tendrás de seguir adelante.

Mantente centrado en tus objetivos anticipándote a las posibles distracciones.

La vida es impredecible. Incluso si trazas tus objetivos ambiciosos y EsMART, siempre surgen imprevistos que desvían tu atención. Así que, ¿cómo te mantienes centrado? Una buena forma es crear modelos mentales: historias positivas que eviten las distracciones y te mantengan ilusionado con el futuro. Los modelos mentales te preparan para los futuros proyectos o conversaciones. Supongamos que te espera una semana estresante. Supérala imaginando cómo superarás, paso a paso, cada reto. Imagina que eres periodista y tienes que escribir un artículo para una revista de viajes sobre las tres mejores cámaras réflex. En primer lugar, podrías hacer una lista de diez cámaras, para luego reducirla. Asegúrate de tener en cuenta las posibles distracciones, como una bandeja de entrada de correo electrónico llena. Tal vez actives tu software de bloqueo de correo electrónico antes de comer, para disponer de tiempo para pensar sin interrupciones. Cuando hayas elegido las cinco mejores cámaras de tu lista, imagínate experimentando con ellas. Luego imagínate eligiendo las tres mejores y escribiendo los resultados de tu encuesta. Ahora ya has imaginado todo el artículo, de principio a fin, así que puedes escribirlo rápidamente. En resumen, una vez que te imaginas cómo quieres que sea tu semana, ¡empiezas a trabajar para conseguirlo! Por supuesto, incluso los mejores planes pueden verse interrumpidos, así que piensa con antelación cómo vas a afrontarlos. Piensa en las posibles distracciones y en lo probable que es cada una de ellas durante un día de trabajo. Puede que tu pareja te invite a comer, por ejemplo. ¿Cómo podrías pasar ese tiempo de forma que no perturbe toda tu jornada? Podríais ir a un restaurante de autoservicio cerca del trabajo, o preparar la comida juntos con antelación. De este modo, vuestra comida os llevará 45 minutos en lugar de dos horas.

Mejora el rendimiento de tu equipo asegurándote de que cada persona se siente segura y valorada.

¿Cuál es la receta de un gran equipo? ¿Un grupo de superdotados o superestrellas? No exactamente. El Proyecto Aristóteles de Google dedicó dos años a investigar qué hace grande a un equipo. El proyecto descubrió que incluso un equipo de rendimiento medio puede lograr grandes cosas si el equipo tiene la dinámica adecuada. Pero, ¿cuál es la dinámica «adecuada»? Bueno, el factor más importante es si los miembros del equipo se sienten psicológicamente seguros. Y esto ocurrecuando saben que no serán ridiculizados por cometer errores o sugerir ideas. El Proyecto Aristóteles descubrió que los equipos seguros tenían más probabilidades de rendir mejor, concibiendo productos más innovadores o cumpliendo los objetivos de ventas. La seguridad psicológica mejora el rendimiento porque permite a los miembros del equipo admitir errores, lo que significa que cualquier problema puede abordarse rápidamente. Los miembros del equipo también se sienten más cómodos compartiendo ideas poco convencionales, lo que hace que el equipo en su conjunto sea más creativo. Los equipos «seguros» también prosperan en un entorno que es, en general, afectuoso y respetuoso. El Proyecto Aristóteles descubrió que los equipos más seguros están formados por personas empáticas, lo que no debería sorprender: es más fácil confiar en la gente cuando se preocupan por ti. Los miembros del equipo también se sienten seguros cuando se les anima a contribuir al éxito del proyecto. Este estímulo demuestra a cada miembro que es una parte importante del grupo, con opiniones que se valoran mucho. Naturalmente, los líderes de equipo tienen la tarea de fomentar esta seguridad psicológica. Así que, si eres líder, asegúrate de que todos los miembros de tu equipo hagan oír su voz al menos una vez en cada reunión. Si notas que un miembro del equipo está disgustado, anímale a compartir lo que le pasa y asegúrate de que los demás miembros responden de forma afectuosa. Resuelve los conflictos abiertamente y nunca interrumpas a los miembros del equipo cuando estén hablando. Asegúrate de que todos se sientan valorados y respetados.

Fomentar una cultura del compromiso aumenta el éxito general de tu empresa.

Durante la época de auge de Silicon Valley en los años 90, muchos directores generales pensaban que los departamentos de personal y otras ideas de «cultura empresarial» eran irrelevantes para el mundo de las startups. Lo único que importaba era desarrollar ideas y productos innovadores. ¿Tenían razón? En absoluto. Un estudio exhaustivo ha demostrado que la cultura empresarial es profundamente importante para el éxito de cualquier organización. Y una «cultura del compromiso» es el tipo de cultura que más éxito puede tener en una empresa. En una cultura de compromiso, la dirección se centra en fomentar la confianza y el apego a la empresa. Las empresas con cultura de compromiso se basan en la confianza, la atención y las conexiones emocionales entre la organización y sus empleados. Estas empresas no pretenden necesariamente contratar a las personas más inteligentes y con mayores logros. En su lugar, las empresas buscan personas que encajen en su equipo más amplio y en la visión de la empresa. En 1994, los profesores de la Stanford Business School James Baron y Michael Hannan iniciaron un estudio de casi 200 empresas tecnológicas de nueva creación de Silicon Valley, en un intento de comprender mejor la relación entre la cultura empresarial y los beneficios. El equipo descubrió que, de los cinco estilos diferentes de cultura empresarial que identificaron, las empresas con cultura de compromiso demostraron sistemáticamente ser las de mayor éxito. Ninguna empresa de cultura de compromiso quebró, fueron las más rápidas en cotizar en bolsa y mantuvieron los mayores índices de rentabilidad. Hay otra ventaja de apoyar una cultura de compromiso, y es que permite a una empresa mantener menos directivos intermedios. Las empresas de compromiso contratan a especialistas motivados y de alta calidad que suelen ser buenos autogestionándose. Eso significa que los cargos intermedios de una empresa pueden ser menos numerosos. La empresa es más eficaz cuando los especialistas pueden abordar directamente las preguntas o los problemas. Un director de operaciones de nivel medio puede no saber qué servidor elegir, por ejemplo, pero un especialista en informática puede tomar la decisión correcta inmediatamente.

Encuentra nuevas aplicaciones para viejas ideas y deja que tus emociones guíen tu trabajo creativo.

La innovación no siempre consiste en empezar de cero. Al fin y al cabo, ¡no hace falta reinventar la rueda para desarrollar un coche nuevo e innovador! Así que, en lugar de intentar crear algo completamente nuevo, esfuérzate por utilizar viejas ideas de nuevas maneras. La economía conductual es un buen ejemplo de este fenómeno. Los pioneros de la economía conductual combinaron modelos psicológicos y económicos para intentar comprender por qué los seres humanos toman decisiones tan a menudo contrarias a sus intereses. La gente rechaza tratos si los percibe como injustos, por ejemplo. Esto va en contra de la idea del comportamiento racional, planteada por los economistas tradicionales, que sostiene que las personas toman decisiones únicamente para obtener beneficios. De este modo, los economistas conductuales han conseguido una innovadora forma de entender las cosas, encontrando nuevas aplicaciones para viejos conceptos. Brian Uzzi y Ben Jones, profesores de ciencias empresariales de la Universidad Northwestern, analizaron en 2011 una serie de trabajos académicos creativos. Utilizando un algoritmo, Uzzi y Jones evaluaron 17,9 millones de artículos y descubrieron que, en los artículos más creativos, el 90% del contenido ya se había publicado en otros lugares. Los artículos innovadores se consideraron pioneros porque abordaban conceptos existentes desde ángulos nuevos, no porque desarrollaran conceptos nuevos por sí solos. He aquí otra buena forma de potenciar la creatividad: sintoniza con tus sentimientos. Deja que las emociones y la intuición te guíen. Lo que sientes ante una situación o idea te dirá si estás ante algo genial o simplemente ordinario. El presidente de Disney Animation, Edwin Catmull, utiliza esta estrategia con sus guionistas. Cuando su equipo trabajaba en la película Frozen, por ejemplo, les hizo explorar sus conexiones emocionales con los hermanos. Así, los guionistas pudieron retratar la relación entre los personajes de Anna y Elsa de forma cruda, auténtica y cercana, una de las principales razones del éxito arrollador de la película.

Resumen final

Mantenerte productivo, motivado y competitivo consiste, en última instancia, en tomar las decisiones correctas, tanto en tu vida diaria como con tus objetivos más ambiciosos. Márcate objetivos de gran alcance y luego redúcelos a partes alcanzables. Supera las distracciones manteniéndote preparado. Tomar las decisiones correctas no sólo es bueno para ti: es mejor para tu equipo y para la empresa en general. Esto ha sido todo. Esperamos que hayas disfrutado de este resumen. ¡Hasta la próxima!

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